Nadie nos lo dijo. Nadie nos lo avisó. No nos habían preparado para esto. Pero el futuro se vistió con el traje nuevo del emperador. El manantial se secó, y nos vimos obligados a sincronizar nuestros días raros. Nos vimos obligados a descubrir un perfil oculto. Nos vimos obligados a buscar y soñar en ecos impensables. Nos vimos obligados a palpar el frío y la dureza del muro de cristal. Nadie nos avisó. Pero lo hicimos.
Entonces, te vi.
Dulzura quieta, sin tempestad ni dolor. Descanso y alivio. Hermosa tranquilidad. Paz y luz blanca. Vida en su huida hacia la montaña más alta. Perfecto y reconfortante. La mano siempre tendida. El camino recto, los pasos hacia delante, el ejemplo a seguir. La memoria de mil vidas. El sueño perfecto. La esencia, lo puro, lo eterno.
Todo yace en ti.
Todo late en alguna parte de tu viento.
Todo vive en ti, siempre listo.