He tirado tiempo a la basura y he desechado metas. Pagué conmigo misma, con todo lo que me quedaba. Pagué por dos, cuando ni siquiera era mía la jugada. Mordí el polvo, me dejé pisotear; y convivo con ello. Me perdí a mí misma, desaparecí; pero aquí estoy de nuevo. Tracé sola un maldito camino de vuelta porque no existía otra opción.Y lo conseguí. Conseguí volver a mí y nada de lo anterior me importa ya. Ese camino terminó hace tiempo. Hace tiempo que volví a casa. Yo ya hice mi trabajo; un trabajo que no me correspondía. Pero se acabó. Volví a dormir tranquila, a disfrutar de todo mi tiempo, a disfrutar de mi vida, a buscar, a ser crítica, a mirar por los demás sin abandonarme a mí. Y ahora nada importa, porque el pasado es un prólogo.
Ahora yo juego mis cartas en una vida en la que -sin dolor, ni desprecios, ni lástima, sin sentir absolutamente nada- tú no entras. La mía.
Quédatelo todo. Al fin y al cabo, la arena está sobrevalorada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario