martes, 9 de septiembre de 2014

¿Cuánto más?

Ofrecí durante largo tiempo. Ofrecí muchas veces ignorando lo que me rodeaba. Ofrecí cuando ni siquiera me quedaba nada por dar. Ofrecí mintiéndome. Me ofrecí cuando nadie lo hacía. Me volqué en una realidad absurda. Yo, luché por una realidad absurda. 
He tirado tiempo a la basura y he desechado metas. Pagué conmigo misma, con todo lo que me quedaba. Pagué por dos, cuando ni siquiera era mía la jugada. Mordí el polvo, me dejé pisotear; y convivo con ello. Me perdí a mí misma, desaparecí; pero aquí estoy de nuevo. Tracé sola un maldito camino de vuelta porque no existía otra opción.Y lo conseguí. Conseguí volver a mí y nada de lo anterior me importa ya. Ese camino terminó hace tiempo. Hace tiempo que volví a casa. Yo ya hice mi trabajo; un trabajo que no me correspondía. Pero se acabó. Volví a dormir tranquila, a disfrutar de todo mi tiempo, a disfrutar de mi vida, a buscar, a ser crítica, a mirar por los demás sin abandonarme a mí. Y ahora nada importa, porque el pasado es un prólogo.
Ahora yo juego mis cartas en u
na vida en la que -sin dolor, ni desprecios, ni lástima, sin sentir absolutamente nada- tú no entras. La mía.
Quédatelo todo. Al fin y al cabo, la arena está sobrevalorada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario