que sin saberlo van sin rumbo.
Rompen puertas giratorias al cruzar las vidas dando tumbos.
Cruzaría campos enteros
bañándome en mil reflejos.
Admiraría siempre a mi cielo
aún encerrado en tu lago de espejo.
Dormiría mil veces en tu nido,
mil y un cuentos me bastarían como abrigo.
Sabe Dios que no miento...
Preguntaré al viento por tu aroma,
preguntaré al tiempo por las comas
que hoy borra de esta carta.
Mataré al vidrio que encerró tu mensaje
para después matar a la furia y su traje.
Hoy bebo del agua que formó tu escarcha.
Veré nacer colores entre luces y cortinas, flores de neón y pútridas, muertas colillas.
Se perfilarán en mis párpados las sombras del enemigo, vestido de amor, mas de trampas llenos los bolsillos.
Saluda desde lejos, tras las luces de neón.
Las sombras se proyectaron; mi pincel tembló.
Quizás vio mis bolsillos...
...¿vacíos?

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