Ojos que se resbalan por el cuerpo. Imposibles de atrapar, escapan a cualquier alcance, son demasiado escurridizos. Se dejan ver tan sólo de lejos, por fuera. Se escapan como si se tratara del tiempo. Encierran un color ciego que jamás entenderé. Son una jaula que perdió su llave, un cuarto sin ventanas. Cual cobarde, esquivan muchas veces sólo por no enfrentar la situación real. Inseguros, no paran de preguntar en silencio. Buscan siempre aprobación, siempre se procuran el éxito que jamás encuentran, se ahogan con facilidad. Temen sin pensar, temen sin saber. Carecen de norte, no digamos ya de sur, este u oeste. Carecen de una figura fundamental en su puzzle. Nadan sin saber por qué, sin saber qué quieren, sin saber qué esperan. Se olvidan de su propia vida, la abandonan con facilidad y sin apenas importarle. Se han perdido en un cielo sin héroes ni gloria.
¿Cuándo perdieron de vista su camino? ¿Dónde olvidaron su esencia?
Jamás duermen esos ojos que hoy vuelven a escapar. Sin rosa de los vientos, sin centro principal, sin rumbo o algo que los pueda guiar. Retienen para olvidar, y olvidan para nadar. Y nadan sin saber a dónde van, sin saber si volverán. Como pez fuera del agua, impotentes, desubicados, pretenden volar, pero encuentran escamas en lugar de plumas, de alas, de libertad.
¿Cuándo perdieron de vista su camino? ¿Dónde olvidaron su esencia?
Jamás duermen esos ojos que hoy vuelven a escapar. Sin rosa de los vientos, sin centro principal, sin rumbo o algo que los pueda guiar. Retienen para olvidar, y olvidan para nadar. Y nadan sin saber a dónde van, sin saber si volverán. Como pez fuera del agua, impotentes, desubicados, pretenden volar, pero encuentran escamas en lugar de plumas, de alas, de libertad.

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