¿Por qué iba yo a soltar la pistola ya cargada?
"Sería lo mejor", dirías tú. Pero tú no estás aquí. Así que, ¿por qué tendría que soltarla?
"Suéltala", dirías tú, "se fuerte". Pero sigues faltando.
¿Por qué no morir? ¿Por qué no poder decidir cuándo quiero que mi corazón pare y deje de malvivir? Si mi dedo presiona, tu presión desaparece y yo descanso. Si mi dedo es fuerte, tú...no te vas, y yo muero. Tú sigues. Reinventas tu ciudad. ¿Tuve yo una ciudad? ¿Es que no soy alegre? ¿O risueña? ¿Cómo soy yo ahora?
Pensar en la ventana abierta una y otra vez, pensar y escribir, escribir y recordar, recordar y sonreír, sonreír y llorar, llorar y...tú. Vais de la mano.
Así que, ¿por qué iba a soltar una pistola que tú mismo has puesto en mi mano? ¿Por qué iba a darte esa satisfacción? ¿Por qué te quiero?
No pertenezco a ningún sitio. Allí donde voy nadie me reconoce. Pero la pistola nunca se despegó de mi mano. Me veo y es algo tan miserable y pobre. Aquí no hay nada. Se busque lo que se busque en mí no se encontrará.
¿Por qué no subir a la azotea y solucionar allí las cosas? ¿Por qué no iba a apretar el gatillo allí? Tú no estás, ni te importa. Ya tienes tu entretenimiento, tu fuente personal de olvido, tú ya lo tienes todo hecho. Así que, ¿por qué no...?
Nadie me va a dar la respuesta, porque en el desierto uno se siente muy solo sin nadie, pero incluso entre personas uno se puede sentir solo. Porque estoy rodeada. Rodeada y sola.
Me rodean, pero nadie me apunta con un arma y me grita que alce los brazos...hasta que soy yo misma la que se encañona, porque no me rodeas.
¿Por qué no lo haces? Apunta y dispara.
Podría hacerlo por ti, por mí. Podría ser fuerte. Pero dejarse llevar suena demasiado bien.
"Apunta y dispara. Remata la jugada. Y a ti con ella", pienso para mí misma.
Y tu eco aún resuena. "Se fuerte", decías tú.
"¿Por qué? ¿Cuánto más?", grité yo.
Por favor haz de esto una canción, es simplemente perfecto!^^
ResponderEliminar